¡Seguro que te encantan los helados! De fresa, vainilla, nata, chocolate, dulce de leche, limón, mandarina, turrón, nueces... ¿Cuál es tu favorito?
Saborear un rico y cremoso helado a la orilla del mar, tras un día de juegos en la playa es uno de los mejores momentos del verano y de las vacaciones...
Pero no creas que el helado es algo que se acaba de inventar, tiene una historia muy antigua, que te vamos a contar:
Hace miles de años, diversas civilizaciones antiguas aprendieron a conservar el hielo y la nieve del invierno y cuando llegaba el verano la mezclaban con frutas, azafrán u otras especias y la tomaban como un granizado, un manjar reservado sólo para los reyes!!!
Cuentan también que el rey Alejandro Magno de Macedonia y algunos emperadores romanos mandaban a sus esclavos traer nieve y hielo de las altas montañas, para enfriar el vino y los zumos de fruta.
Antiguo carrito de helados |
En 1660 (hace 352 años!!) un italiano llamado Procopio abrió en París la primera heladería, que ofrecía helados de vainilla y chocolate, alcanzando tanta fama que hasta el mismísimo Rey Luis XIV lo mandó llamar para felicitarle!
Desde entonces los helados italianos tienen fama de ser los mejores del mundo y los artesanos heladeros guardan celosamente sus deliciosas recetas, que pasan de padres a hijos aún hoy en día.
Por suerte, los helados están ahora a alcance de todos, porque gracias a los refrigeradores eléctricos es mucho más fácil fabricarlos y conservarlos que en la antigüedad.
Los helados son refrescantes y deliciosos; por su alto contenido en calcio, proteínas y vitaminas son un gran alimento, especialmente los artesanos. Pero no debes abusar de ellos, contienen también azúcar y grasas. Recuerda que debes seguir una dieta equilibrada también en verano, tomar frutas, ensaladas y pescadito, y aprovechar el tiempo libre para hacer deporte.
Y ahora... ¡a disfrutar de un rico helado!
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